“La noción de conciencia colectiva se refiere a
las creencias compartidas y a las actitudes morales, que funcionan como una
fuerza unificadora dentro de la sociedad. Esta fuerza se encuentra
separada y es generalmente dominante en comparación con la conciencia individual”
No somos, sino piezas de la gran maquinaria del Universo, no
pequeñas piezas sueltas y reemplazables, somos partes luminosas, radiantes,
únicas e imprescindibles de un todo. Somos tan importantes para nosotros, como
para los demás, porque el planeta nos necesita a todos para poder ascender.
Basta hojear un periódico o caminar sus peligrosas calles
con miedo, para notar que este mundo debe cambiar. Nos queda un camino, nuestro
interior, brillando junto al interior de todos, por eso somos tan importantes.
Desde que la chispa divina fue encendida durante la
concepción en cada ser, sus manifestaciones, la fe, la alegría y el amor,
marcan el ascenso y evolución de nuestro espíritu.
Debemos trascender todo lo que no corresponda a ese estado
de plenitud vital, porque es ese brillo vital el que ilumina nuestro camino,
esos destellos intuitivos, los que nos ayudan a distinguir que está bien y que
está mal.
También necesitamos sinceridad con nosotros mismos para leer
honestamente esos designios. Con facilidad boicoteamos y descreen de
nuestras “corazonadas”, las tildamos de absurdo o locura. Sobre todo cuando no
coinciden con cánones aceptados socialmente, impuestos por intereses mezquinos
y especulaciones para beneficio de unos pocos, que con el tiempo se fijan
profundo en el inconsciente colectivo.
Necesitan mutar a una conciencia colectiva
beneficiosa para todos por igual, desarmar aquella estructura egoísta instalada
y crear una nueva conciencia, donde la moneda corriente sea el amor y el
respeto, donde el sentimiento de ayuda nos acerque, en reemplazo del miedo que
nos separa. Este es un proceso para la evolución personal y de elevación para
la comunidad.
El signo de estos tiempos es la inestabilidad, presente en
todos los niveles de la vida, por eso pedimos buscar el equilibrio que
nivela, empareja, establece justicia, acomoda valores, desvanece fronteras y
sirve de base para construir una nueva relación entre las personas, una nueva
sociedad en un estilo de vida pleno.
Pero necesitamos mucha introspección para producir nuestros
propios cambios y al compartirlos poder cambiar el rumbo de esta sociedad.
Hay quienes dicen que el mundo tiene los días contados.
Nuestra ecología está agonizando. Nuestro planeta se encamina hacia un gran
desastre geofísico: terremotos; volcanes; quizás incluso un cambio en la
inclinación del eje terrestre. Y hay otros que afirman que la consciencia
colectiva puede cambiar todo eso; que podemos salvar a la Tierra con nuestros
pensamientos.
Los pensamientos se convierten en acción. Si un número
suficiente de personas creen que se debe hacer algo en auxilio del medio
ambiente, salvaréis a la Tierra. Pero debéis apresuraros, pues se ha
hecho ya mucho daño y durante mucho tiempo. Y se requerirá un gran cambio de
actitud.
Como ya nos hemos dado cuenta la vida está cambiando a pasos
agigantados dándonos tiempo apenas de respirar.
Poco a poco empezamos a despertar a
una nueva conciencia que está cambiando los paradigmas de
la sociedad. Los muros de las viejas estructuras van cayendo dando
paso a una nueva vida a una nueva realidad.
He llamado a este escrito "Conciencia
Colectiva" por un único propósito y un único objetivo, el de unir
nuestras conciencias para cambiar la realidad que actualmente vivimos en el
planeta.
Mucho mal se ha hecho ya, sin embargo, aún no es tarde, sé
que juntos, unidos como el SER que representamos lograremos cambiar esta
realidad para el bien común.
"La conciencia espiritual es el camino a la libertad"